Hoy conduciremos fuera de la ciudad hasta el pueblo de Koptelovo, situado a 145 km de Ekaterimburgo y perdido en las profundidades del siglo XIX, es uno de los pueblos rusos antiguos más bellos. Además, el pueblo conserva con orgullo un título complicado "el final de los Urales, donde empieza Siberia". Bienvenido, ¡ha llegado!
El pueblo es famoso por el museo de historia de la agricultura, un museo al aire libre. Su edificio principal se encuentra en una antigua casa de mercaderes. El museo cuenta con una enorme colección de herramientas agrícolas, la más rica de los Urales. La principal atracción del pueblo, también relacionada con el museo, es la "cabaña de Baba Katya". Se trata de un monumento arquitectónico. La cabaña fue talada a finales del siglo XVII. En su construcción no se utilizaron sierras ni clavos; está cortada con un hacha. Sorprende especialmente que la cabaña se haya conservado en su forma original. Parece bastante oscura y dura. Dentro verá un suelo de troncos, un banco, un polati, un gran horno ruso, tetas (cunas) en las que se sacaba leche a los bebés, diversos utensilios domésticos. Del guía aprenderá muchas cosas interesantes sobre la vida de antaño. La cabaña lleva el nombre de su última dueña: Ekaterina Timofeevna Kalinina. Verá una "izba" siberiana tradicional, visitará un museo local y experimentará la Rusia indígena y remota. Almuerzo ruso incluido. Regreso a Ekaterimburgo a última hora de la tarde. Regreso a la ciudad y al siglo XXI.
Actualmente, la región de Sverdlovsk es una de las zonas industriales más desarrolladas de Rusia. A finales del siglo XVI, el reino ruso se hizo con el control de la región. La presencia de reservas estratégicas de mineral de hierro y cobre, así como de grandes zonas forestales, predeterminó la especialización de la región (metalurgia ferrosa y no ferrosa, transformación de la madera, minería, etc.). La exploración masiva de minerales en la región de Sverdlovsk comenzó a finales del siglo XVII.