A partir de la mañana del tercer día, nos convertimos en nómadas y viajamos libremente por una de las zonas más bellas y difícilmente accesibles de Rusia. ¡Sólo esto ya dice mucho! La belleza salvaje y agreste de estos parajes atraerá a quienes busquen algo nunca visto, algo especial. Si busca una verdadera naturaleza salvaje en nuestro mundo glibalizado, un lugar con recorridos ancestrales, Ukok es su sitio. Hasta hace poco, esta zona fronteriza estaba cerrada a los turistas internacionales.
Los poderosos ríos siberianos nacen aquí, en esta meseta del sur del Altai. El clima único ayudó a conservar el paisaje glaciar y todos los glaciares más grandes del Altai se encuentran aquí. Casi todos los días acampamos en un lugar nuevo. A veces, nos quedamos a descansar y simplemente disfrutamos de la tranquilidad del entorno.
Hacemos un círculo por la meseta de Ukok. A veces nos quedamos a pescar. La zona está llena de peces, también hay grandes opciones de caza.
Y por último, volvemos al punto de partida al final del octavo día.