Desayuno
➤Chuysky Trakt
➤Seminsky pass
➤Valle de Karakol, el pedregal siberiano
➤Clase magistral de cocina tradicional de Altai
Concierto ➤Kay (canto de garganta tradicional de Altai)
Después del desayuno, nos dirigiremos al valle de Karakol, la tierra sagrada de los aborígenes de Altai, por una de las carreteras más bellas del mundo: Chuysky Trakt. Por el camino, haremos paradas para admirar las vistas naturales, como el imponente paso Seminsky, y ver de primera mano el magnífico rododendro en flor, que tiñe de rosa brillante las laderas del paisaje montañoso de Altai.
A su llegada al Parque Natural de Karakol, tendrá un recorrido turístico por las atracciones naturales del valle, una clase magistral culinaria, durante la cual aprenderá a cocinar diferentes platos de la cocina local de Altai, así como disfrutar de Kai concierto, el canto de la garganta tradicional de Altai. Los indígenas altais que viven en la tierra sagrada preservan cuidadosamente el patrimonio cultural e histórico de sus antepasados y su propia identidad, observan rituales especiales y antiguos ritos de culto a los espíritus de las montañas, el fuego, el agua, sin entrar en conflicto con la civilización mundial. Se cree que todos estos monumentos antiguos, junto con la cultura de los residentes locales, representan un "código de información" sobre las leyes del universo.
Megalitos de Altai en el valle de Karakol. Desde la antigüedad, la gente se ha asentado en el valle de Karakol, como demuestran los numerosos hallazgos arqueológicos -estelas de piedra-, balbales, montículos, esculturas de petroglifos. Los vestigios de culturas antiguas se conservan perfectamente en un enorme territorio del parque. Se puede ver la cultura Afanasyev (3 mil años a.C.), Karakol (mil quinientos años a.C.), Escita (siglos VIII-IV a.C.), Turca (siglos VI-VIII d.C.). Llama la atención el número de monumentos del patrimonio histórico y cultural: aquí hay unos 5.000.
El primer yacimiento equipado con monumentos del patrimonio cultural e histórico es claramente visible desde la carretera que conduce del pueblo de Karakol al de Kulada. Grandes piedras (algunas de ellas inclinadas) y elevados montículos son perfectamente visibles desde lejos. Según una teoría, las esculturas inclinadas están en esa posición desde el momento de su instalación, y el ángulo de inclinación es de 23,44 grados, que corresponde exactamente a la inclinación del eje de rotación de la Tierra. ¿Coincidencia? Pase la noche en la zona de Ongudai en una pensión local (auténtica casa de madera con baño). Ahora ya está en el auténtico y remoto Altai y comienza la verdadera aventura.